Si quieres aprovechar y sacar el mejor partido a tu sesión de tratamiento con tu fisioterapeuta no olvides y pon en práctica los siguientes consejos:
1. Acude a tu fisioterapeuta lo más pronto posible. Una lesión o dolor en sus inicios es mucho más fácil de recuperar. Es frecuente ir al fisioterapeuta cuando ya estamos desesperados y otros remedios o tratamientos no nos han surtido efecto. Las lesiones, con la espera, se cronifican. En tu mano está evitarlo.
2. Responde a todas sus preguntas con sinceridad. Tu fisioterapeuta necesita conocer tu dolor, cuándo se produjo y las circunstancias, la medicación o los remedios que utilizas, y, si has consultado con otros especialistas, cómo te han ido sus tratamientos.
3. Tu fisioterapeuta intentará buscar un diagnóstico fisioterápico que explique el motivo de tu dolor. Ese diagnóstico le servirá para programar tu tratamiento. En este momento es importante que resuelvas con tu fisioterapeuta todas tus dudas y, de forma consensuada, fijes con él o ella unos objetivos y otras cuestiones importantes como la frecuencia y duración de las sesiones y su coste económico.
4. Confia en tu fisioterapeuta. Si has decidido ponerte en sus manos no le exigas que te trate con tal o cual técnica, que te ponga vendajes, que te pinche, que te masajea con tal crema… porque lo has visto en internet o porque a tu amigo le fue bien así. Cada persona es distinta y si por algo se distingue la Fisioterapia es por intentar realizar los tratamientos lo más personalizados posibles.
5. No vayas con prisas a tu sesión de fisioterapia. El momento de tu tratamiento es importante, dedícate la atención y el sosiego que te mereces. Busca profesionales que respeten tu horario y tu tiempo, que no te hagan esperar innecesariamente. Contempla la posibilidad de que un fisioterapeuta acuda a tu domicilio.
6. Sigue las indicaciones de tu fisioterapeuta. Tienes que implicarte en tu tratamiento. Seguir sus indicaciones de reposo, de ejercicios, de dieta, ponerte o no calor en casa, realizar relajación, cambiar algunos hábitos, seguir sus consejos de higiene postural… Tu fisioterapeuta te aconsejará lo mejor para ti y que tu recuperación sea lo más rápida y satisfactoria posible.
7. Date la oportunidad de que el tratamiento haga su efecto. No hay milagros, sino trabajo bien hecho y honestidad, tanto por parte del profesional como del cliente. A veces una sesión es suficiente, y en otras ocasiones son necesarias más. Mantente atento a las cosas que te sientan bien y aquellas que te perjudican e informa a tu fisioterapeuta de todo ello.
8. Mantén una comunicación fluida con tu fisioterapeuta, es un profesional de la salud y le interesa todo lo que te afecta. No tengas reparo para contarle tus preocupaciones. Muchos problemas son psicosomáticos. No serás el primero que se desahogue con su fisioterapeuta, y, si necesitas ayuda, tu fisioterapeuta puede aconsejarte y derivarte a otros profesionales que sigan ayudándote.